La comisión para la conmemoración del bicentenario de la Independencia Efímera, la Academia Dominicana de la Historia y el Archivo General de la Nación, le invitan a participar en el Seminario Internacional Santo Domingo 1821 – 2021, en su modalidad virtual, los días 22 y 23 de noviembre, 2021, donde se desarrollaran ponencias y exposiciones sobre temas enmarcados en el proceso de la Independencia Efímera de 1821.
Todas las actividades serán transmitida por el canal de YouTube del Archivo General de la Nación en horario de 9:00 AM – 5:00 PM.
Para mas detalles de las actividades a realizar ver calendario:
La Academia Dominicana de la Historia eligió como miembros de número de esa institución a los investigadores Miguel Reyes Sánchez, Eduardo Tejera y Alejandro Paulino.
Durante una asamblea realizada el pasado 13 de octubre, la entidad también escogió como miembros correspondientes nacionales a los investigadores Miguel Estrella, Virginia Flores Sasso, Herbert Stern, Danilo Mueses y Ramiro Matos González.
Miguel Reyes Sánchez es abogado, escritor e investigador. Ha publicado unas veinte obras, entre ellas: «Travesías de un navegante» (1996); «Océanos de tinta y Papel: historia de la navegación y el desarrollo marítimo dominicano» (2011), Premio Nacional Feria del Libro Eduardo León Jimenes 2012; «Derrotero de la Isla de Santo Domingo» (2014); y «El saqueo de Francis Drake a Santo Domingo» (2020).
Eduardo Tejera como investigador histórico ha escrito las obras: «La Ayuda Cubana a la Lucha por la Independencia Norteamericana» (1972); «Causas de dos Américas: Modelo de Conquista y Colonización Hispano e Inglés en el Nuevo Mundo» (2005); «Cincuenta Años de Democracia y Desarrollo Económico Dominicano. 1961-2011. Logros y Fracasos» (2012); y «El Gobierno de Horacio Vásquez 1924-1930: Democracia y Desarrollo» (2014).
Alejandro Paulino ha realizado varios aportes a la historiografía dominicana como lo muestran sus obras: «Las ideas marxistas en la República Dominicana» (1985); «Diccionario Biográfico-Histórico Puertorriqueño» (1985); «Censos municipales del siglo XIX y otras estadísticas de población» (2008); «El Paladión: de la ocupación militar norteamericana a la dictadura de Trujillo» (2010); «Los intelectuales y la intervención militar norteamericana, 1916-1924» (2017); «La Comisión Nacionalista y la ocupación americana de 1916» (2017); y «La Dictadura de Trujillo: vigilancia, tortura y control político» (2020).
Miguel Estrella se ha destacado en la historia de la numismática dominicana y es autor de las obras: «Monedas Dominicanas» (1979); «El Papel Moneda Dominicano, 1782-1912» (2003); «El Papel Moneda Dominicano, 1947-2004» (2004); «Escudo Nacional de la República Dominicana» (2013); y «Diseño actualizado del Escudo Nacional de la República Dominicana» que sirvió de base para su descripción el Artículo 32 y siguientes de la Constitución Dominicana del 2010. Durante varios años dirigió el Museo Numismático y Filatélico del Banco Central.
Virginia Flores Sasso es investigadora, profesora universitaria y autora, con Esteban Prieto Vicioso, de la obra: «Un pueblo unido por la fe. Espacios de devoción». Además, de «El color en la Arquitectura Vernácula» con Esteban Prieto Vicioso, Letzai Ruiz Valero, Gabriela Fernández Flores y Tania Fermín. (2021).
Herbert Stern ha realizado investigaciones y varios aportes a la historia de la medicina dominicana como se destaca en sus libros: «Apuntes para la Historia de la Oftalmología Dominicana» (2013); «Biografías de los Dres. Heriberto Pieter y Mercedes Hereaux para el Diccionario de Afroamericanos Ilustres del Caribe»; «Apuntes y Documentos para la Historia de la Medicina Dominicana del siglo XX. Tomos I y II»; «Investigaciones sobre la ocupación y la administración de Haití y Santo Domingo»; «Historia de la Medicina Española en la República Dominicana»; «Trabajos presentados al doctor Heriberto Pieter», formato digital, y «Congresos médicos dominicanos 1911-1961».
Danilo Mueses tiene una dilatada carrera como investigador y autor de varias obras sobre la historia de la Filatelia Dominicana como son: «Manual de Filatelia. Un manual para principiantes»; «De Falsificaciones y Falsificadores. Historia de la Falsificación de Sellos»; «Emisiones Postales Dominicanas. 1865-1965»; «El correo Español en Santo Domingo»; «La Emisión de 1880 y sus Derivaciones»; Tarifas Postales Dominicanas. 1851-2009»; «Historia de la Filatelia en República Dominicana»; «El Correo Español en Santo Domingo»; «El Correo Yankee en Santo Domingo», y «El Correo Inglés en Santo Domingo».
Ramiro Matos González, además de ser un militar de carrera ya retirado con el rango de Mayor General del Ejército Nacional, es un prolífico autor de obras sobre la historia militar de República Dominicana. Entre ellas se destacan: «Cátedra sobre la historia militar antigua»; «El Guerrillero y el General», con Hamlet Hermann; «Vivencias. Viaje a España 1954»; «Efemérides Militares de la Independencia», con José Miguel Soto Jiménez; «Azua en la Historia». Volumen I; «Azua Documental»; «Historia del Escudo Nacional Dominicano y Escudos de las Provincia»; «Misión Naval a España, 1954. Almirante Lajara Burgos. Vicisitudes y Consejo de Guerra», con Homero Luis Lajara Solá, y «Cronología Militar de la Restauración» (2021).
Santo Domingo, R.D.
19 de octubre de 2021.
La Academia Dominicana de la Historia invita a la puesta en circulación de la obra La migración china en República Dominicana 1862-1961, de José Chez Checo.
Con la participación de MuKien A. Sang Ben y Manuel A. García Arévalo, miembros de número de la Academia, y Rodrigo Pinto, director de la Red Tusanaje con sede en Perú.
Miércoles 15 de septiembre, a partir de las 6:00 p.m, transmitido por la plataforma Zoom.
Enlace: https://us06web.zoom.us/j/84915460573, con el ID 849 1546 0573.
La Academia Dominicana de la Historia y el Departamento de Historia de América de la Universidad Pablo de Olavide (Sevilla, España) se complacen en anunciar el inicio del quinto ciclo de becas de maestría para cursar estudios de: “Historia de América. Mundos indígenas”.
Requisitos:
Luego de recibir las solicitudes por parte de los interesados, el Comité de Becas de la Academia Dominicana de la Historia evaluará y seleccionará a los candidatos idóneos para una entrevista.
Plazo de entrega de los documentos: 30 de agosto de 2021.
Para mayor información, llamar a la Academia Dominicana de la Historia, teléfonos 809-689-7907 y 809-221-3503
La reincorporación del territorio que constituía la República Dominicana a España en 1861, al amparo de una falsa espontaneidad popular proclamada por el general Pedro Santana, conllevó a que una ciudadanía hastiada por el sometimiento a múltiples arbitrariedades se levantara en armas dos años después para recuperar la soberanía negociada de forma inconsulta. Desde Capotillo hasta a Higüey y desde Puerto Plata hasta San Juan de la Maguana, uno de los ejércitos imperiales del siglo XIX conoció de la decisión indoblegable de los dominicanos que lo redujo a la insignificancia, volviendo el país a constituirse en la “república libre, soberana e independiente de toda dominación extranjeraˮ como lo postulara Juan Pablo Duarte en el juramento trinitario.
Desde la Guerra de la Restauración los dominicanos hemos asistido a cambios en el estado de cosas para defender, como los restauradores, “nuestros sacrosantos derechos”. Traicionados y engañados como ellos con promesas incumplidas y ofertas desmentidas, el descontento de las masas ha inspirado a otros a hacer valer la independencia y la libertad conquistadas en 1844.
En estos tiempos de cambios es válido evocar aquella gesta y a sus héroes, recuperados para la memoria histórica y la identidad patriótica en Fiesta Nacional y epónimos de municipios, avenidas, calles y parques, para mostrar al pueblo que, en cada ocasión en que se pretenda oprimir sus conquistas, aunque ello sea obra de un solo hombre, podrá volver sobre la senda del 16 de agosto de 1863 y eslabonar al hecho más trascendente que siguió a la proclamación de la independencia de Haití nuevas páginas de coraje y dignidad.
En este mes de agosto del año 2021, en el que la Academia Dominicana de la Historia festeja el 90.° aniversario de su instalación, se exhorta a celebrar este nuevo aniversario de la Restauración de la República como proclama el preámbulo de nuestra Constitución: guiados por el ideario de sus próceres e inspirados en el ejemplo de lucha y sacrificio de sus héroes. ¡Qué viva la República Dominicana!
Santo Domingo, República Dominicana
Agosto 2021
La Academia Dominicana de la Historia invita a su participación en las actividades a realizar con motivo del mes del 90.⁰ aniversario de la Academia Dominicana de la Historia.
Todas las actividades serán virtuales utilizando la plataforma: ZOOM.
En el marco del 177 aniversario de aquel glorioso 27 de febrero de 1844, los dominicanos podemos proclamar con orgullo que contamos con una patria robusta, firme y con inmensas posibilidades de superar las dificultades que puedan interponerse en la ruta que conduce a nuestro pleno desarrollo como nación, precisamente en estos momentos en que se padece la pandemia de la COVID-19.
Es necesario que cada dominicano pueda afirmar que cuenta con un país que mira su pasado con orgullo, vive su presente con alegría y ve el futuro con esperanza.
Sin embargo, el camino recorrido hasta hoy ha sido tortuoso y teñido con la sangre noble de miles de dominicanos que, a través de un prolongado y tesonero esfuerzo, convirtieron esta tierra en una Patria que los dominicanos de hoy debemos engrandecer con espíritu agradecido enalteciendo su recuerdo.
Veamos los ejemplos.
Aunque en diciembre de 1821 José Núñez de Cáceres inició la ruta que conduciría a los dominicanos al logro posterior de la emancipación, la ocupación haitiana ocurrida semanas después y que se prolongaría por 22 años ininterrumpidos, afianzó la conciencia popular que ratificó el hecho nacional. En efecto, las medidas políticas dispuestas por Jean-Pierre Boyer, crearon las condiciones para que cuajaran las legítimas aspiraciones de nuestros habitantes por conformar una nación libre, soberana e independiente.
Por esa razón, los acontecimientos que condujeron a los hechos ocurridos el 27 de febrero de 1844 constituyen sucesos de perpetua memoria, complejos y significativos, sin los cuales hubiera sido imposible el inicio del proceso que condujo a nuestra independencia y al nacimiento de nuestra patria.
Los dominicanos de ayer apoyaron las medidas progresistas de los ocupantes haitianos cuando liquidaron la institución de la esclavitud y distribuyeron tierras entre los campesinos, porque las consideraron medidas justicieras. Sin embargo, las arbitrariedades practicadas contra nuestros pacíficos ciudadanos, unidas a la imposición del Código Rural y a su autoritaria aplicación, perturbó no solo el sistema de producción predominante entonces, sino que estableció una normativa jurídica y tributaria que provocaba que el trabajo de nuestros laboriosos hombres, en lugar de acrecentar sus bienes, sus propiedades y nuestra economía, contribuía a incrementar el tesoro de los haitianos.
En efecto, sobre las espaldas de nuestros habitantes recaía el pago de una buena parte de la deuda que Haití había contraído con Francia a cambio del reconocimiento de su independencia, compromiso que los dominicanos no consideraban suyo y que provocó una indignación nacional que mantuvo encendida la llama independentista.
Esas disposiciones, unidas a las lamentables condiciones económicas, políticas, sociales y culturales en las que se encontraban los habitantes de Santo Domingo, se convirtieron en el detonante que estimuló que en el decenio de 1830-1840 surgieran distintos movimientos separatistas, tanto de carácter liberal como conservador, que se convirtieron en la tea que necesitaba el país para encender el latente patriotismo de nuestro pueblo.
La misión de liderar, organizar y combinar esfuerzos por la gesta de independencia dominicana fue asumida por Juan Pablo Duarte, joven talentoso que había conocido las ideas libertarias en Europa y que, a su regreso en 1831, se dedicó a transmitir a sus conciudadanos, el programa, los ideales, los sentimientos libertarios y sus aspiraciones de liberarse del yugo extranjero.
Esa tarea ciclópea se materializó a través de las actividades organizadas desde la sociedad secreta Trinitaria, fundada en 1838, así como de otras agrupaciones como La Dramática y La Filantrópica, las cuales crearon las condiciones políticas que condujeron a la acción de los dominicanos contra la dictadura de Boyer.
Debemos destacar que el conjunto de ideas concebidas por Duarte formaba parte de una clara estrategia. Esa fue la razón por la cual el patricio recurrió a una alianza con los reformistas haitianos y con los conservadores locales, mientras junto a los trinitarios continuaba el proceso de concientización en busca de que las ideas libertarias se transformaran en la identidad nacional que requería nuestra población para luchar con denuedo contra los ocupantes de nuestro territorio.
Los esfuerzos de Duarte y demás trinitarios arrojaron los frutos que condujeron a la fundación de la República Dominicana y a la creación de conciencia entre nuestros habitantes de la necesidad de liberarnos de los vejámenes y atropellos que padecíamos, tal como fue expuesto en la “Manifestación del 16 de enero de 1844”, considerada por Emilio Rodríguez Demorizi como nuestra Acta de Independencia.
Muchas han sido las dificultades que en el devenir del tiempo ha tenido que enfrentar nuestro país para mantener y afianzar la independencia que nos legaron los Padres de la Patria. Entre ellas podemos describir, las apetencias imperiales de grandes potencias, las cuales, combinadas con la incredulidad de algunos líderes nacionales sobre nuestra capacidad para mantenernos como una nación libre, soberana e independiente, amenazaron seriamente con negar el legado de nuestros patricios; como también lo hicieron los regímenes dictatoriales que suprimieron las libertades y la democracia. Sin embargo, a pesar de todos esos complicados trances, hasta ahora la decisión imperecedera de la parte más consciente de nuestro pueblo ha logrado superar esos obstáculos.
Los retos aún no han terminado, pues los dominicanos no debemos conformarnos solo con tener un Estado soberano, sino que todavía está pendiente la tarea de que el país cuente con sólidas instituciones democráticas donde el imperio de las leyes se respete para que todos los ciudadanos se rijan por un comportamiento que nos permita actuar con transparencia y patriotismo, aspiración cimera del patricio Juan Pablo Duarte.
Los combates librados por nuestros bravos soldados por la consolidación de la independencia nacional se convirtieron en prácticas cotidianas en nuestro desarrollo como sociedad. Esas batallas por la soberanía y la democracia se han constituido en una sólida base para fomentar una sana y pacífica convivencia y para evitar la decadencia y el caos.
Hoy más que nunca, el ideal duartiano debe ser preservado y practicado, ya que es algo que no le corresponde a ningún dominicano en particular, sino una creación que se debe a todas las personas que sacrificaron sus vidas por nuestro país y por los que hoy luchan por el sostenimiento de nuestras instituciones fundamentales.
Desde la Academia Dominicana de la Historia, en el marco del año del 90 aniversario de su fundación, hacemos votos porque a través del conocimiento de nuestra historia nacional aprendamos de los aciertos y errores del pasado, y que trabajemos para hacer los correctivos necesarios que encaucen el país por grandes derroteros.
Esa será la mejor forma de rendir tributo, admiración y agradecimiento a los ilustres Padres de la Patria y, con ellos, a todos los patriotas, hombres y mujeres que contribuyeron a la fundación de la República Dominicana y a preservar la soberanía política y la identidad nacional de nuestro pueblo.
Santo Domingo, República Dominicana. 27 de febrero de 2021.
Enero 2021
Fuente: Diario Libre.
José Chez Checo, presidente de la Academia Dominicana de la Historia, valora la conmemoración hoy del Día Nacional del Historiador, que, a su juicio, significa resaltar la labor que realizan los historiadores dominicanos, quienes se dedican a reconstruir e interpretar el pasado a partir de los documentos, testimonios y objetos, siguiendo rigurosos procedimientos metodológicos.
Además, el investigador resalta que con la efemérides se reverencia la vida y obra de José Gabriel García, considerado el padre de la historiografía dominicana.
Chez Checo respondió varias preguntas de Diario Libre y aportó esclarecedoras informaciones sobre la labor del historiador y los trabajos que realiza la Academia Dominicana de la Historia en medio de la pandemia causada por el coronavirus.¿Qué significado le atribuye a la conmemoración del Día Nacional del Historiador?
Es un reconocimiento y valoración que hace el Estado dominicano a la profesión del historiador. Recordemos que, a solicitud de la Academia Dominicana de la Historia, mediante el Decreto núm. 562-20 del 15 de octubre de 2020, el presidente de la República, Luis Abinader, instituyó oficialmente el “Día Nacional del Historiador”, el cual se celebrará el 13 de enero de cada año. Se propuso esta fecha por ser el día del natalicio del historiador dominicano José Gabriel García.
Esta conmemoración, por lo tanto, significa resaltar la labor que realizan los historiadores dominicanos, quienes se dedican a reconstruir e interpretar el pasado a partir de los documentos, testimonios y objetos, siguiendo rigurosos procedimientos metodológicos. Al mismo tiempo, se reverencia la vida y obra de José Gabriel García, considerado el padre de la historiografía dominicana.
A su juicio ¿cuáles fueron los aportes que hizo García a la historia dominicana?
La Historia es una disciplina científica, en específico, es una ciencia social que tiene teorías y métodos para el análisis e interpretación de los acontecimientos pasados. Por lo tanto, hay que prepararse académica e intelectualmente para ser historiador. En este sentido, además, el historiador debe tener, entre otras, las siguientes aptitudes: tener comprensión lectora, poseer pensamiento crítico, correcta escritura, saber cómo comunicar, prestar atención a los detalles, ser honesto intelectualmente, evitar la subjetividad, tener vocación investigativa y mucha disciplina de trabajo.
Conocer los procesos históricos que han influido en el desarrollo de la humanidad, de las civilizaciones, de las naciones y de los pueblos es esencial para comprender el presente, y en cierta medida, permite trazar cuáles deben ser los caminos a transitar hacia el futuro.
Todos los seres humanos nos preguntamos, ¿de dónde venimos?, ¿por qué somos de determinada manera?, ¿por qué pensamos y nos comportamos de la forma en que los hacemos?, y nos hacemos muchas otras interrogantes que buscan dar explicación a nuestra existencia misma. La Historia, a través de la interpretación del pasado, busca dar respuestas a todas esas interrogantes.
En el caso de la nación dominicana, conocer y comprender nuestro pasado nos permite reafirmar nuestra identidad nacional, reafirmar las raíces culturales y fijar el rumbo de lo que queremos llegar a ser. Lo peor que puede sucederle a un pueblo es desconocer u olvidar su pasado.¿Qué está haciendo en medio de la pandemia la Academia Dominicana de la Historia para fortalecer el ejercicio de historiar y fomentar lectores de libros historia?
Es cierto que la COVID-19 ha afectados todas las actividades que cotidianamente solíamos realizar antes de que esta enfermedad hiciera su aparición a principio del 2020. Los necesarios protocolos sanitarios implementados por el Gobierno para evitar la propagación de los contagios, ha hecho que tengamos que suspender muchas de las actividades (conferencias, seminarios, talleres, charlas, entre otras) que solíamos realizar de manera presencial en la institución. De ahí que se haya prestado mucha atención a la organización institucional de la Academia con la elaboración del Manual de Funciones del personal administrativo, la realización del inventario de la institución, la organización técnica de los archivos y la confección de una serie de reglamentos para los usuarios de la Biblioteca y de la Sala de Conferencias.
Además, no nos hemos cruzado de brazos durante estos meses. Si algo nos ha enseñado esta situación de emergencia mundial, es que la tecnología puede ser un gran aliado para salvar las barreras de las distancias físicas. Por ejemplo, en el sitio web de YouTube la Academia Dominicana de la Historia tiene un canal donde hemos “subido” los videos con las actividades que se han hecho (sin público presencial) y que están a disposición de todos los interesados. Toda esa labor digital cuenta con la consultoría de Lucero Arboleda de Rosa, Manuel Rosa y Lola Noriega.
Nuestro programa de publicaciones no se ha detenido. Este año pusimos a disposición de los miembros de la Academia y público en general cuatro números de la revista Clío, órgano oficial de esta institución de periodicidad semestral, con el formato tradicional que tuvo cuando la dirigió durante 15 años el académico ya fallecido Emilio Cordero Michel quien editó 31 números. Se diseñó, además, una nueva cubierta. Fueron publicados los números 197 y 198 correspondientes al año 2019, y en septiembre se publicó el número 199, enero-junio de 2020, y en diciembre, se publicó el número 200, julio-diciembre de 2020, en la que encuentra la nueva normativa para los autores que quieran publicar sus trabajos en esta revista; regularizando con esto la periodicidad de la revista, que este año arriba a sus 90 años de publicación. Estas revistas, así como todos los números anteriores, están disponibles para ser consultadas de forma gratuita en el catálogo en línea de la biblioteca de la Academia.
También se han puesto a circular los libros: Breve historia monetaria de la República Dominicana, 1844-1948. Evolución de la deuda pública y formación del Banco Central, de Frank Moya Pons; y Las visitas pastorales de los arzobispos de Santo Domingo (1531-1953), del padre José Luis Sáez, S. J. Muy pronto saldrá a la luz pública la obra Modernidad y luchas sociales en la sociedad dominicana. Siglos XIX y XX del historiador Michael Baud que recopila en unas 674 páginas sus principales ensayos de carácter histórico. Se trabaja, además, en la versión códice del tomo II de la Historia General del Pueblo Dominicano, labor que dirige y coordina Lola Noriega.
La biblioteca de la Academia ha seguido prestando sus servicios, dentro del catálogo contamos con una importante cantidad de libros digitalizados que pueden ser consultados en línea. El pasado 18 de noviembre de 2020 la biblioteca fue trasladada a la Capilla de la Soledad, cuya estructura ofrece mayor espacio para la creciente colección de documentos de la biblioteca, y al mismo tiempo ofrece un espacio más ameno y confortable para los usuarios. En el mes de diciembre fue adquirida la biblioteca del destacado historiador dominicano Vetilio Alfau Durán.
Con la finalidad de discutir sobre las técnicas de investigación más novedosas en el campo de la historia, la Junta Directiva aprobó la programación de una «Disertación anual sobre teorías y métodos de la Historia», la primera conferencia se pronunciará en el 2021 como parte del 90 aniversario de la Academia, y la correspondiente al 2022 se hará coincidir con el Día Nacional del Historiador.
El 16 de agosto de este año la Academia Dominicana de la Historia cumplirá 90 años de creada, y para celebrarlo nuestra institución tiene programado la realización que diversas actividades con la finalidad de seguir estudiando y divulgando la historia dominicana, que es su razón de ser.¿Se le da real importancia en el país a la historia como materia o se requiere que se le valore más?
Indudablemente hay mucho por hacer en el país en cuanto a la enseñanza de la Historia en todos los niveles educativos. A nivel de enseñanza primaria y secundaria es donde se presentan los mayores restos. Es necesario la revisión del diseño curricular, los programas, los libros de textos y la cualificación permanente del personal docente por parte del Ministerio de Educación de la República Dominicana (Minerd). La primera fase de enseñanza de la historia es de vital importancia para que podamos contar con un pueblo conocedor de su historia, sin maniqueísmos ni tergiversaciones. Para ello se debe contar con un personal docente calificado y que enseñe la historia de forma analítica y crítica y no una mera memorización de fechas y batallas, que es como tradicionalmente se suele enseñar la historia en los primeros niveles, produciendo que el estudiante pierda interés en esta materia.
Además de la enseñanza, otro aspecto que debe ser mejorado es la investigación histórica. El país requiere de historiadores profesionales que, desde el rigor científico, analicen el pasado dominicano, del cual todavía hay mucho por investigar, estudiar y reinterpretar. Este es un proceso que lleva su tiempo, porque los investigadores no se forman de la noche a la mañana, se necesita de años de formación y experiencias investigativa para formar historiadores de calidad. Es necesario que el país cuente con una nueva generación de historiadores profesionales, y que tomen eventualmente el relevo de los historiadores que ya tienen décadas dedicados a esta profesión.
No obstante a lo anteriormente dicho, en la República Dominicana la divulgación histórica es buena. Me refiero, por ejemplo, al trabajo que hacen instituciones hermanas como el Archivo General de la Nación o la Sociedad Dominicana de Bibliófilos, que con sus publicaciones rescatan el acervo historiográfico dominicano. También puedo mencionar la Fundación García Arévalo e instituciones financieras como Banreservas, Banco Central o el Banco Popular, que tienen programas de publicaciones o patrocinan obras de carácter histórico. La propia Academia Dominicana de la Historia tiene un dinámico programa de publicaciones que busca la difusión de las investigaciones sobre la República Dominicana.
Con el objetivo de fomentar el desarrollo de esas tres áreas la Academia publicará en los primeros meses de este año una Guía básica para el estudio de la historia dominicana que ayudará a las personas que se quieran iniciar en el estudio de nuestro pasado. Además, anunciará próximamente el “Galardón Américo Lugo sobre el libro de historia del año” que premiará anualmente los libros que se publiquen en las categorías de Investigación, Documentos y Testimonios.
Este año, no obstante, la Academia Dominicana de la Historia ha sufrido grandes pérdidas como fue el fallecimiento, a principios de diciembre pasado, del miembro de número Adriano Miguel Tejada, y en el transcurso del año de doña Vilma Benzo de Ferrer, miembro correspondiente nacional, Stuart A. Mackeever, miembro correspondiente extranjero, y del colaborador Cristóbal Pérez Siragusa.
En conclusión, aunque hay muchos retos todavía por superar en cuanto a la enseñanza y la investigación de la Historia dominicana, hay razones para pensar que el país cuenta con elementos humanos e institucionales que nos permiten tener la esperanza de un futuro promisorio en esta área del conocimiento en la cual nos desenvolvemos con disciplina y entrega.
13 de enero de 2021
Fuente: Acento.
SAN FRANCISCO DE MACORIS. –La delegación en la provincia Duarte y colaboradores de la Academia Dominicana de la Historia encomiaron el decreto presidencial que declaró el 13 de enero como “Día Nacional del Historiador”, en honor a José Gabriel García.
Entienden que dicho decreto es justo, precisamente porque el 13 de enero del 1834 nació José Gabriel García, a quien definen como soldado de la lucha en las guerras frente a Haití, España y Estados Unidos, en pro de la independencia absoluta y padre de la historiografía nacional.
El licenciado José Chez Checo, presidente de la Academia Dominicana de la Historia, dispuso que se organicen actividades en cada provincia para resaltar la vida y obra historiográfica de José Gabriel García.
La declaración pública está suscrita por el maestro Roberto Santos Hernández, Delegado provincial Duarte de la Academia Dominicana de la Historia y los colaboradores, maestro Rogelio Hernández; licenciado Manuel Martínez Infante, maestro Juan Francisco Tavarez, maestro Rafael Álvarez Castillo, maestro Pedro Vargas Safadit; maestra María A. Castillo Cordero y maestra Altagracia Rosa,
Sugieren a las autoridades del Concejo Municipal de San Francisco de Macorís, que una calle de esta ciudad sea designada con el nombre de José Gabriel García, con motivo del 187 onomástico de su natalicio.
Al mismo tiempo plantean que el cabildo conciba un proyecto para la revisión general de los nombres de las calles de la ciudad y que una semblanza o reseña de cada nombre esté disponible en el portal del ayuntamiento, partiendo del precepto de que la historia como las demás ciencias, debe servir para edificar el porvenir.
“La justeza del decreto 562-20, radica en el hecho de que en los momentos en que había confusiones entre muchos estudiosos del pasado, José Gabriel García, distinguió a Juan Pablo Duarte, como la máxima figura de la identidad nacional, pulverizó en críticas los estudios que pretendían oponer a Pedro Santana, Buenaventura Báez y otros a la altura de Duarte”, precisan.
Exponen que García fue soldado de artillería a los quince años, en lucha contra Haití en 1849, defendió la independencia contra España y Estados Unidos, resistió la cárcel y el exilio sin doblegarse.
Citan además que fue ejemplo como servidor público, munícipe, ocupó altos cargos gubernamentales, legislador y ministro de justicia e instrucción públicas en el gobierno de Ulises Francisco Espaillat en 1876 y esgrimió argumentos legales en representación de los exiliados mediante el cual Báez pretendía anexar la República con la complicidad del general Ulises Grant, presidente estadounidense.
“Gabriel García hizo a la historia local terrícola y material, desvinculándola del carácter mítico y providencial atribuido por Las Casas y otros historiadores de Indias e hispanófilos y también reconoció la fusión de aborígenes, europeos y africanos como los grupos étnicos iniciales de la cultura dominicana”, precisa el documento.
Agregaron que luego del gobierno de Ulises Francisco Espaillat, José Gabriel García, tomó el fusil de su pluma para legarnos la historia más depurada del siglo XIX; pasó a ser el periodista creíble, el mecena cultura y el maestro liberador, pues al parecer entendió que las batallas que la República dominicana habrá que librarlas en el frente cultural